Platinum Procyon

La Platinum Procyon no es una pluma que a priori sea fácil de encontrar en una papelería española, por lo que la mejor opción suele ser tirar de internet. No es una estilográfica muy cara, suele poder encontrarse por algo más de cincuenta euros, aunque puede llegar con un recargo de aduanas cercano a 25 euros.  La Procyon llega en la típica caja de Platinum

Al abrirla me sorprendió no encontrar ni siquiera un cartucho de cortesía. En el fondo de la caja localicé la documentación. No es que me esperase un convertidor como ocurre en ocasiones con estilográficas chinas, pero creo que debe ser la primera vez que compro una estilográfica de esta marca y no me adjuntan ni un cartucho, lo que no es tontería, ya que los cartuchos Platinum no son fáciles de encontrar en las papelerías o por lo menos no en mi ciudad.

Por suerte, aun me quedaba por casa algún convertidor para esta marca. con el que pude alimentarla directamente desde el tintero.

La estilográfica se divide en las tres secciones habituales. Tiene un bonito color azulado que con el brillo de la luz, puede recordar ligeramente a una noche estrellada, probablemente la razón de su nombre Procyon.

El cuerpo es de aluminio, ligero y agradable al tacto. La mayor novedad es que el capuchón cierra a rosca, creo que es la primera estilográfica de esta marca que utiliza ese tipo de cierre que mucho prefieren al de presión. Otra característica de las estilográficas de esta casa, que supongo se mantendrá en esta, es que su cierre es tan estanco, que la tinta se mantiene durante largos periodos de tiempo sin el menor problema, pudiendo volver a escribir sin el menor problema con una de estas estilográficas aunque haya pasado varias semanas sin usar sobre una mesa.

El plumín es de acero. De aspecto austero y funcional, transmite una agradable sensación de escritura. Escribe a la primera sin el menor problema sin someterla siquiera a una limpieza inicial.

Se trata de uno de los mejores plumines de acero que he probado, con un flujo medido a la perfección. Lo que permite escribir con rapidez y comodidad.

La tinta fluye con suavidad sin la menor interrupción con un flujo medido a la perfección sin que la escritura resulte apenas visible en la parte posterior de la página, lo que la convierte en una excelente estilográfica para uso estudiantil.

En conjunto, una estilográfica con una buena relación calidad precio. Es mucho más vistosa que otras plumas de precio contenido y cuerpo de resina, tiene un tacto agradable, una excelente sensación de escritura. Sus únicos inconvenientes son la dificultad para encontrar cartuchos de esta marca, ya que no le sirven los universales y sus convertidores suelen ser bastante caros a menos que se aprovechen ofertas para adquirirlos por lotes.

Estilográfica Auchan

Cada vez que paso por Alcampo, suelo darme una vuelta por la sección de papelería. La mayor parte de las veces no compro nada, pero de vez en cuando adquiría alguna cosa como las excelentes estilográficas Pilot Metropolitan que en ocasiones tienen por unos 14 euros. Durante mi último paso por allí, vi una novedad. Se trataba de una pluma marca Auchan, la marca blanca de Alcampo, por un precio inferior a 3 euros.

  El aspecto me recordó a una que compré en un bazar chino hace años por un precio similar y que no me dejó buenas sensaciones. Al examinar la caja por su parte posterior, pude comprobar que como sospechaba, estaba fabricada en China. Pero como últimamente, he encontrado muchas plumas chinas de bajo coste que me han transmitido buenas sensaciones y su bajo precio, me hicieron darle una oportunidad.

La pluma viene con 4 cartuchos de tinta azul. Las piezas son de plástico y goma en la zona de agarre, teniendo un peso muy ligero y un agarre agradable.

El plumín es un IPG de acero de aspecto bastante funcional. No es particularmente bonito, pero por su precio tiene un aspecto más que aceptable.

 Las primeras sensaciones no fueron buenas. Tras una pequeña limpieza inicial, lo cargué con uno de los cartuchos que incluía y a diferencia de lo que ocurre con las plumas de calidad, no conseguí hacerla arrancar a la primera. Le di un par de minutos y tampoco. Así que tocó una segunda limpieza algo más intensa, pero el resultado tampoco fue bueno. Escribía pero la tinta salía tan aguada que no era casi visible.

Pensando que podís ser culpa del cartucho, lo cambie a uno Inoxcrom y seguí escribiendo. Tras un par de páginas, por fin el alimentador pareció purgarse de agua y pude apreciar su escritura. La verdad es que no no lo hace mal. Se trata de una estilográfica más bien seca, pero con una sensación de escritura es bastante correcta. No se interrumple ni escribiendo a gran velocidad, su peso es ligero y su agarre agradable. Por lo que cuesta, es una buena opción como pluma para prestar o para llevar encima sin preocuparse mucho si le ocurre algo.

En resumen: una pluma china de materiales baratos (plástico, goma y acero) a la que le cuesta bastante arrancar si se usa con cartuchos, algo que sospecho se puede mejorar utilizando un convertidor universal. Una vez purgada por completo de agua, ofrece una escritura suave (el plumín es seco pero no rasca ni pizca y no se interrumpe. Por su precio una opción a tener en cuenta. De lo mejor en su rango de precio y puede localizarse sin problemas en el supermercado sin necesidad de tirar de internet.

Wing Sung 601

Uno de los diseños más exitosos, en el mundo de las plumas estilográficas, fue el de la Parker 51, que muchos consideran la mejor pluma del mundo. Ese modelo, en su primera versión, contaba con un sistema de carga vacumático ya utilizado en un modelo anterior. Como ya comenté AQUÍ al comentar la Parker 61. Ese es un sistema de carga al que prefería no enfrentarme,  y menos en una estilográfica de segunda mano con más de 50 años. Así que opté por el sistema aerométrico. Aunque hace años que he leído sobre las «versiones» de plumás clásicas que se fabrican a bajo precio en China, nunca me habían llamado la atención en demasía, hasta que vi  un despiece en el Foro de Estilográficas, en el que descubrí la Wing Sung 601, una pluma China basada en la Parker 61 con sistema de carga vacumático.

La estilográfica llega en el interior de una caja de cartón de aspecto curioso. No es la caja más grande, la más solida ni desde luego la más bonita que he visto, pero es compacta y llama la atención, por lo menos la mía.

LA CAJA NO SERÁ DE LAS MÁS BONITAS PERO LLAMA LA ATENCIÓN

Al abrirla encontramos la estilográfica, un pequeño botecito que recuerda por su forma y dimensiones a un convertidor, pero que en realidad es un recipiente con lo que supongo es grasa de silicona para lubricar mecanismos y la documentación, en la que explica gracias a sus dibujos más que nada, las distintas partes de la estilográfica y las instrucciones para entintarla.

LA CAJA ES PEQUEÑA PERO CONTIENE TODO LO NECESARIO

Su aspecto exterior es muy similar al de la Parker 51 Y 61. Puestas las dos juntas, no se aprecian grandes diferencias en cuanto a su diseño, incluso mantiene el clip en forma de flecha característico de Parker, a corta distancia pueden verse grabados en la base del capuchón, los ideogramas de la marca, el código 601A identificativo del modelo y un MADE IN CHINA.

ARRIBA (NEGRO Y PLATA) LA WING SUNG 601 ABAJO (DORADA) UNA PARKER 61

Retirando el capuchón, las diferencias se hacen mucho más evidentes, en especial en el plumín que es completamente visible a diferencia del de la Parker 51 del que apenas vemos asomar la punta por la parte inferior y las ventanillas que incluye la Wing Sung para comprobar el nivel de tinta.

AL RETIRAR EL CAPUCHÓN, LAS DIFERENCIAS SE HACEN MÁS EVIDENTES

Los dos aspectos que más me sorprendieron fueron por un lado su peso, casi todas las estilográficas Chinas de bajo coste que han pasado por mis manos, suelen ser muy pesadas. No es el caso de esta Wing Sung que es bastante ligera y cómoda de usar. La segunda sorpresa fue su plumín que funciona a la primera con un flujo constante y muy suave.  Las sensaciones que me transmitió no tienen nada que envidiar a los de una Lamy Safari o una Pilot MR. Lo que no es decir poco tratándose de un plumín de acero.

SU PLUMÍN DE ACERO TRANSMITE BUENAS SENSACIONES

El sistema de carga implica necesariamente el  uso de un tintero. Para entintarla, el primer paso es desenroscar el pequeño tapón de la parte posterior dejando al descubierto un pulsador.

Sumergimos el plumín de la estilográfica en el tintero y lo pulsamos expulsando el aire contenido en el interior de su depósito, al ascender el pulsador, el depósito se rellenará mediante un simple proceso de succión, como puede verse en las ilustraciones incluidas en las instrucciones.

Por la parte inferior, podemos desenroscar sin problemas el plumín, lo que facilita en gran medida su limpieza, aunque como comentaré más abajo, alguna vez he sufrido alguna pequeña fuga por la junta al guardarla en posición horizontal.

EL CONJUNTO PLUMÍN ALIMENTADOR SALE A ROSCA EN UNA PIEZA DE LA QUE SOBRESALE UN PEQUEÑO TUBITO

En cuanto a puntos negativos, el clip del capuchón tiene cierta tendencia a desenroscarse si la abrimos un par de veces con demasiada fuerza y en un par de ocasiones he sufrido fugas de tinta en la parte baja que me han manchado los dedos de tinta (por lo general al guardarla cargada en posición horizontal). Supongo que puede tratarse de pequeños escapes por el plumín que se acumulan en el capuchón, ya que esta estilográfica nunca ha salido de casa y no ha realizado ningún viaje traqueteante en transporte público.

AQUÍ IRÍA ROSCADO EL CONJUNTO DEL PLUMÍN 

La prueba de escritura muestra un flujo ininterrumpido, sin llegar a ser tan abundante como el de las Pelikan, si lo es lo suficiente como para que la tinta sea visible en la parte posterior de un folio o de una libreta barata, lo que no la convierte a priori en una de las mejores opciones para uso estudiantil a menos que utilicemos papel de cierto grosor (aparte faltaría ver su comportamiento durante un viaje  y su propensión a fugas y goterones tras un trayecto en metro o autobús). Pero si en una excelente opción para escribir en casa.

En síntesis, se trata de una estilográfica económica con una buena relación calidad-precio con unos materiales quizás mejorables, pero que escribe bien y tiene un sistema de carga práctico y curioso. Si los fabricantes chinos siguen por este camino, tengo claro que no tardarán en comerle terreno a otras marcas con mucho más nombre y prestigio en las gamas inferiores, aunque las gamas medias y altas de los aficionados más elitistas, seguirán fuera de su alcance.

LA PARTE POSTERIOR DEL TEXTO ES VISIBLE EN UN FOLIO DE BAJA CALIDAD

Inoxcrom Oxford

En estos días propensos a aprovechar para ordenar cajones, encontré una estilográfica que probablemente fue de mi esposa durante su época estudiantil y que al parecer olvidó en ese cajón con un cartucho puesto durante más de una década, pues a duras penas la recuerda. Se trata de una Inoxcrom Oxford de principios de los años noventa.

El primer paso por descontado, es proceder a una buena limpieza de plumín y alimentador, que tras una buena estancia en un vaso con agua y unas gotas de detergente, dejó el contenido del vaso de color rosado. Lo que me hace sospechar que fue utilizada con un cartucho de tinta roja, un cartucho coloreado de un color similar al de la propia estilográfica o bien con un azul que con el paso del tiempo se degradó hasta alcanzar ese tono.  En cualquier caso, después de aplicarle en el alimentador el chorro del grifo y ponerla a secar sobre papel de celulosa, el plumín continua expulsando abundantes restos de de color rosado.

La Oxford, fue una estilográfica de bajo coste que estuvo en producción desde principios de los años noventa, hasta  más o menos el año dos mil. Durante ese periodo, apareció en distintos tonos, colores y decoraciones, aunque para saber más sobre ellos, recomiendo visitar esta excelente entrada del Blog de Pluma Hispana.

En cualquier caso, fue una estilográfica que se produjo tanto y durante tanto tiempo, que aun es relativamente fácil de encontrar tanto en la web, como en mercadillos a un precio que rondan entre los 5 y los 10 euros

Se alimenta mediante cartucho universal, lo que permite alojar en su cuerpo uno de repuesto. Por descontado, también admite un convertidor universal aunque el de la fotografía al final no ha resultado válido por ser demasiado ancho (se trata de una pluma con un cuerpo bastante estrecho sin llegar a los niveles de una slim).

El despiece es el básico habitual, con la única particularidad de un pequeño anillo dorado que embellece algo el cuerpo. El capuchón que se retira por presión, hace un audible y satisfactorio ¡click!

Su plumín es el típico IP (Iridium point) que hoy día suele ser sinónimo de lotería, pero Inoxcrom  aun fabricaba sus propios plumines durante los años noventa, así que la sensación de escritura es bastante buena.

Obviamente, tras tanta limpieza, la tinta aun sale aguada, pero el flujo es regular incluso escribiendo a máxima velocidad. Lo que la convierte en una buena opción como pluma estudiantil, lo que también la convierte en una excelente pluma de iniciación para el que quiera iniciarse con la escritura de estilográfica, pero no quiera gastar mucho dinero.

 

 

Moonman Mini

Siguiendo con mi exploración de los productos fabricados en China, no hace mucho empecé a ver en los foros comentarios sobre diversos productos de una marca que no me sonaba de nada, se trata de Moonman (que por lo que he leído en la red, se sospecha que puede estar emparentada con otra marca china llamada Delike), que ofrece modelos bastante curiosos a un precio que está algo por encima de lo que suelen costar las estilográficas chinas de bajo coste). De entre sus productos, me llamó mucho la atención una estilográfica de bolsillo, que incluía un plumín extrafino de acero y otro de cristal.

IMAGEN PROMOCIONAL DE AMAZON

La estilográfica llega en el interior de una sencilla pero elegante caja de cartón, estrecha y de dimensiones reducidas.  Su longitud es similar al de otros  contenedores de plumas, pero su anchura es la mitad o menos de lo habitual.

Una vez abierta, encontramos la estilográfica propiamente dicha (trae de serie montado el plumín (según Amazon de cristal, aunque no me sorprendería que fuera de algún tipo de material acrílico) y el conjunto plumín/alimentador/convertidor de metal y punta EF.

Todo el conjunto puede montarse y desmontarse con un mínimo de bricolaje en cuestión de segundos.

El resultado, es una estilográfica que cerrada ocupa muy poco espacio, siendo ideal como complemento a una agenda de bolsillo por ejemplo y que una vez compostada, el capuchón se rosca al cuerpo formando parte de él, de un modo que puede recordar al de la Parker 25. pero en este caso queda de forma más firme y de resultado incluso más estético. En cualquier caso, la pluma queda perfectamente equilibrada.

UNA VEZ MONTADA Y COMPOSTADA QUEDA PERFECTAMENTE EQUILIBRADA

En cuanto a los plumines, son dos conceptos de escritura totalmente distintos. El de «digamos» cristal, es para su escritura «a palillero», es decir, sumergiendo la punta en un fluido (sirve desde tinta china, vino, zumo de frutas) y escribir directamente sobre el papel.

Pero a la práctica, todo tiene su método y conviene ir haciendo prácticas con el tipo de fluido a emplear. En este caso por ejemplo, utilicé lo que tenía más a mano (tinta de estilográfica roja) y ni hice pruebas previas, ni utilice la metodología correcta.

MOJAR Y ESCRIBIR, SISTEMA DE «PALILLERO» 

Observando la muestra de escritura, puede apreciarse que tras sumergir la punta del plumín en el tintero, la primera palabra tiene un exceso de tinta, luego escribe de forma correcta un par de palabras y luego va perdiendo «fuelle». Para emplear este plumín, conviene dejar a mano un pequeño recipiente con agua, y tener un pequeño papel «en sucio».

Su finalidad suele ser más bien caligráfica, por lo que el método es mojar, escribir una palabra corta en el papel «en sucio» para eliminar el sobrante inicial, luego escribir un par de palabras  y repetir la operación. En el caso de que se nos seque la tinta en la punta (por ejemplo si en lugar de copiar, estamos pensando lo que vamos a escribir), tocará remojarla en el recipiente de agua para librarnos de ella. La sensación de escritura con el plumín de cristal es muy agradable, se desliza con suavidad sin necesidad de ejercer la más mínima presión sobre el papel.

Por el contrario con el plumín de metal, un EF de tipo bent (la punta de los gavilanes se curva ligeramente hacia arriba). En cualquier caso, con este plumín puede escribirse de forma normal sin ningún problema, siendo la configuración que en mi caso he dejado de momento como definitiva (aunque no descarto algún día dedicar alguna tarde a la caligrafía con el plumín de cristal).

En la conjunto además está incluido un convertidor, todo un detalle de cara al usuario, que por desgracia hoy día no suele ser común en marcas mucho más conocidas y de mayor precio.

La escritura es fluida, quizás algo seca (lo que no es raro en un plumín de trazo tan fino), lo que no es necesariamente malo, ya que la escritura se seca casi en el acto, aunque disgustará a los aficionados (que no son pocos) a los que les gustan los plumines jugosos.  En general las sensaciones son bastante buenas… pero no transmite una sensación de escritura particular, algo que no es fácil de describir, pero que entenderán a la perfección los usuarios de determinados plumines como los Sailor y Platinum.  Algunos lo describen a una sensación similar a escribir con un lápiz. En  cualquier caso, se trata de un plumín más que correcto y mucho mejor que otros plumines de gama similar.

Se trata de una pluma ideal como complemento de una agenda, o como pluma para uso estudiantil, ya que su trazo no atraviesa lo más mínimo por la parte posterior de la página y seca casi en el acto, lo que minimiza la posibilidad de emborronar la escritura por error.

Inoxcrom Dakar negro mate

Por lo general, el 90% de las veces que acudo a los mercadillos, las plumas que suelo encontrar en los tenderetes, suelen ser por este orden: estilográficas de publicidad, plumas de celuloide muy deterioradas y de precio inflado, Parker e Inoxcrom en estado ruinoso (o casi) y estilográficas chinas procedentes de coleccionables. Pero de vez en cuando se encuentra alguna cosa que merece la pena. Tampoco joyas, pero si alguna pieza que solo necesita un poco de limpieza y mantenimiento para volver a estar operativa. En mi última incursión me topé con lo que a priori pensé que sería una Inoxcrom Granada, pero al ver su plumín, vi que no se trataba de ella, así que la adquirí (ya que apenas pedían unos 5 euros por ella).

La mejor pista para su identificación, aparte de su aspecto, que me hizo pensar que se trataría de una pieza de los noventa, fue una pequeña «S» gravada sobre la parte inferior de su clip. Esa letra que indicaba que era de una de las ramas derivadas de la Sakyo (un experimento de Inoxcrom de diversificar sus productos) y que solo podía tratarse de uno de los siguientes modelos: Riviera, Montecarlo, Sagittarius y Dakar. Todas ellas tenían un diseño similar y combinaban distintas partes. Por su aspecto en un primer momento pensé que se trataría de una Saggitarius, pero su color negro mate, la identificaba como una Dakar negro mate. En esta excelente entrada del blog Pluma Hispana, lo explican a la perfección «PULSA AQUÍ PARA VER EL ARTÍCULO».

ESA «S» AL FINAL DEL CLIP, ME DIO LA CLAVE PARA SU IDENTIFICACIÓN

Se trata de una pluma de tamaño «Slim» es decir muy fina, cosa que no es del gusto de todo el mundo, a mí me parecen muy elegantes y esta resulta muy ligera y está bien equilibrada, por lo que puede escribirse sin problema con el capuchón compostado. Se divide en las partes habituales y se alimenta mediante cartucho universal corto, el más barato y fácil de conseguir, por lo que además podemos llevar un cartucho de repuesto en el interior del cuerpo sin problema.

El plumín es de acero con iridio aleado (vamos el típico plumín de las Sakyo) una estilográfica que fue creada con la idea de resultar barata de producir y enfocada a estudiantes. A pesar de sus orígenes humildes, transmite buenas sensaciones. Permite escribir con rapidez y suavidad.

En resumidas cuentas, se trata de una pluma metálica, de cuerpo estrecho, muy ligera, bien equilibrada y con un buen desempeño. Puede ser una excelente estilográfica para llevar encima junto a una agenda, o incluso una excelente pluma estudiantil, ya que su plumín no se seca aunque permanezca varios segundos al aire.

LA TINTA AUN ESTÁ UN POCO AGUADA TRAS LA INTENSA LIMPIEZA DEL PLUMÍN Y ALIMENTADOR, PERO ESCRIBIÓ A LA PRIMERA CON SUAVIDAD 

Además, la tinta parece medida a la perfección, para resultar apenas visible en la parte posterior, incluso en hojas de papel de calidad bastante discretita. También puede ser una gran pluma «secundaria» para llevar encima, por si alguien te pide prestado un elemento de escritura o tu pluma principal se queda seca en un momento inoportuno.

LA PARTE POSTERIOR DEL TEXTO RESULTA CASI IMPERCEPTIBLE

Kaigelu 316 Ojo de tigre

Desde hace unos años, los Chinos están entrando con fuerza en el mundo estilográfico con piezas de bajo precio. En la mayoría de las ocasiones, se trata de piezas muy pesadas, con un plumín IPG (iridium point Germany) que acostumbran a ser toda una lotería y que se inspiran (por no decir que copian con más o menos descaro) a otros modelos. Algunas de las más conocidas son Hero o Jinhao (como la Jinhao 599 que comenté a principios del año pasado). En este caso decidí darle una oportunidad a Kaigelu, una marca con una gama de precios por encima de las dos comentadas, que ofrecía unas plumas de (presuntamente) celuloide a un precio más que asequible y la escogida fue su modelo 316 «Ojo de tigre». La 316 se presenta en dos formatos, el «de regalo» con una caja expositora que sale por algo más de 30 euros y el básico, que substituye la caja por una pequeña bolsa de terciopelo negro, que fue la que escogí y puede conseguirse por debajo de los 20 euros.

La pluma llega con su propio convertidor, que tiene unas pequeñas líneas en su parte inferior, que me hicieron pensar que se roscaba al interior de la pluma.

Después de estar girándolo sin resultado, probé a presionar con suavidad y vi que encaja a sin problemas. Desconozco si es  mi modelo el que salió defectuoso, pero en cualquier caso me funciona a la perfección así, en cualquier caso, lo mejor suele ser rellenar el convertidor antes de encajarlo para que la operación resulte más limpia.

La Kaigelu 316 se divide en las secciones habituales y su convertidor carga una cantidad generosa de tinta. El aspecto es bonito. ¿Se trata realmente de celuloide? A nivel puramente estético lo parece… pero no huele a celuloide. De todos modos, mis plumas de ese material son todas bastante añejas y como mínimo de segunda mano. El celuloide no deja de ser un material plástico, por lo que es posible que se trate de una versión moderna. En cualquier caso, lo sea o no, a nivel puramente visual nada que objetar.

Su plumín es bastante más bonito y elaborado de lo que suele ser habitual en los IPG de las plumas chinas. Tiene grabado el canguro que da nombre a la marca, el nombre y una «M» que indica el grosor del punto. En cuanto a su desempeño, se trata de un plumín suave y generoso… quizás demasiado. En ese sentido se aproxima a la sensación que me dejan los plumines «M» de Pelikan… solo que más inestable, ya que en caso de viajar con la pluma en el interior del bolsillo, puedes encontrarte con un goterón al quitarle el capuchón.

Otro inconveniente, es su peso y que claramente, no parece diseñada para escribir con el capuchón compostado. Este que cierra a rosca, no termina de encajar bien en la parte posterior (encaja y se mantiene… pero de un modo un tanto precario… no transmite sensación de una unión firme) y lo que es peor, su peso (algo de lo que quizás sea en gran medida responsable ese gran clip metálico)  hace que la escritura aunque posible, resulte algo incómoda.

Por el contrario, usándola sin compostar,  puede utilizarse con cierta comodidad. Ojo, sigue siendo una pluma pesada y quizás no todo lo bien equilibrada que debería, pero puede utilizarse sin problemas. Pero sigue siendo una pluma que me parece mucho más adecuada para anotaciones puntuales o para una carta como mucho. No es un instrumento que escogiese para llevarme a varias horas de clase tomando apuntes a gran velocidad.

En resumen, se trata de una estilográfica de precio contenido. De aspecto bonito, con un diseño que recuerda a una Parker (la Duofold para ser exactos), escritura suave y generosa.

Por el lado negativo, tenemos un peso considerable, en especial en su capuchón, no muy estable, por lo que puede soltar un goterón a poco que sufra un par de «meneos», lo que la hace del todo desaconsejable para llevarla encima y con un flujo tan generoso, que incluso puede atravesar la página en papeles de baja calidad, lo que también la convierte en desaconsejable para uso estudiantil. Puede ser una buena estilográfica para tener en un escritorio, o para escribir cartas en la comodidad del hogar, pero en general hay mejores herramientas de escritura dentro de su gama de precios, aunque quizás no tan vistosas, siendo esa su mejor arma.

Parker Sonnet France azul mármol

En el pasado Parker fue una de las marcas más importantes con modelos legendarios como la Parker 51, quizás su obra cumbre. Por desgracia, poco a poco fue perdiendo terreno, en especial en los modelos de gama baja a los que ya dediqué una entrada hace un tiempo. Sin llegar al nivel de desempeño de sus mejores obras de antaño, las plumas que siguen produciéndose en Europa, parece que mantienen cierto nivel de calidad como la que hoy nos ocupa, se trata de la Parker Sonnet.

Diseñada por Geoff Hollinton a principios de los noventa, la Sonnet fue un intento de crear una estilográfica elegante, bonita y equilibrada. También apareció con gran cantidad de acabados y plumines, desde los más espartanos de acero (como el de la mía) a otros de oro rodiado (para los que tengan ganas y dinero).

Este modelo básico utiliza el típico estuche de aspecto discreto y funcional con la marca en la parte superior.

Al abrirlo encontramos la estilográfica, la documentación y cuando era nueva un cartucho. Tengo entendido que los modelos superiores suelen incluir convertidor (por lo que recuerdo no fue mi caso).

El despiece básico es el habitual. Los cartuchos Parker son exclusivos, tirando a caros y por sus dimensiones, no permiten almacenar uno de repuesto en el cuerpo, así que una vez más, recomiendo el uso de un convertidor.

El que utilizo funciona bastante bien y tiene la particularidad de contar con esta bolita de acero para «empujar la tinta» y de funcionar tirando hacia atrás de una pestaña lateral (ayuda bastante tener las uñas un poco largas para lograrlo).

Carga una buena cantidad de tinta, aunque menos de la que contiene un cartucho Parker, en cualquier caso reconozco que prefiero los alimentadores que funcionan a rosca.

Su plumín de acero es sencillo pero bonito. No es tan suave como los plumines de acero nipones o alemanes de marcas como (Pilot, Platinum, Sailor, Faber-Castell o Pelikan) aunque si es muy superior a los de las Parker de gama más baja como la I.M. o la Vector. En cualquier caso no tengo queja en ese sentido. Sin contar con un flujo tan generoso como los Pelikan, nos permite escribir sin problemas a doble página.

A pesar de contar con un diseño atractivo, las Sonnet cuentan con no pocos detractores, que la han acusado entre otras cosas de contar con un flujo irregular. En mi caso eso ocurre durante las dos o tres primeras líneas tras la recarga, normalizándose al cabo de un rato.

Su flujo aunque aparentemente generoso (sin llegar a los extremos de por ejemplo Pelikan) esta medido para permitirnos escribir a doble cara sin problemas, por lo que puede ser tanto una buena pluma para correspondencia, como para uso estudiantil.

Sus principales pegas son un capuchón que cierra a presión en lugar de a rosca (para algunos usuarios se trata de un detalle importante), uso de cartuchos exclusivos (que imposibilitan transportar otro de repuesto en el interior del cuerpo) y en general una relación calidad precio un tanto alta. Sin duda se trata de una pluma bonita, elegante y que escribe bien,  pero hay opciones que me parecen mucho más interesantes en su rango de precio e incluso bastante por debajo.

Faber-Castell Ondoro

A veces las impresiones son engañosas, y eso es lo que me ha ocurrido a mí con esta estilográfica, la Faber-Castell Ondoro, que recibí como regalo de mis compañeros al dejar la empresa y que he tardado casi dos años en estrenar.

Fundada como un taller de carpintería en 1761 por Kaspar Faber, Faber-Castell es una de las empresas alemanas de elementos de escritura más antiguas, aunque tengo entendido que sus inicios tuvieron más que ver con los lapiceros que con las estilográficas. En cualquier caso, es una de las empresas de este tipo que no ha cambiado de manos (parece ser que ya van por la octava generación) o sido absorbida por otra y externalizado su producción (que yo sepa). En cualquier caso, se trata de una empresa que yo conocía más por sus artículos de dibujo, afición a la que mi mujer es aficionada, pero mi primera toma de contacto con sus productos no podía haberme dejado mejores sensaciones.

La Faber-Castell Ondoro puede encontrarse con cuerpo en resina (opción que sale mucho más económica) o en madera de roble ahumado como es el caso que nos ocupa. Reconozco que hasta el día de hoy era más de plumas metálicas y resinas, pero su tacto me ha parecido cálido y cómodo. Lo primero que nos encontramos es una caja de cartón.

Al abrirla vemos otra caja que se abre con comodidad gracias a una pequeña cinta y en su interior encontramos la pluma y la documentación. Primera sorpresa ¿no incluye un cartucho?

Por suerte, al proceder a su despiece básico, he visto con agrado que la pluma incluye un convertidor. En cualquier caso, por lo que recuerdo, las Faber-Castell admiten cartucho universal. Quizás no hubiera estado de más incluir uno, pero son una de las opciones más económicas y sencillas de adquirir.

El proceso de rellenado es muy sencillo. Puede realizarse tanto sumergiendo el plumín en el tintero y accionando el émbolo o bien puede separarse sin mayor dificultad de la pluma tirando hacia atrás.

He optado por la segunda opción que suele ser más limpia, aunque hay que andarse con ojo ya que al producirse la unión con el alimentador, es fácil que algo de tinta rebose hacia arriba (como en este caso), por lo que no conviene estar atento a los goterones.

Su plumín es un «M» de acero muy suave y fluido. Aunque reconozco que su precio me parece bastante caro (incluso en sus versiones de resina), su desempeño es de los más agradables en todos los sentidos.

La pluma escribe con fluidez de inmediato sin que el flujo se vea afectado lo más mínimo por la velocidad de escritura. Eso sí, es tirando a generosa, por lo que precisa de  un papel de calidad y es más apropiada para escribir cartas en la comodidad del hogar, que para tomar apuntes.

Ya que esa cantidad de tinta traspasa el papel de una libreta escolar (haciendo poco recomendable el tomar apuntes por las dos caras) y es fácil que emborronemos el papel en caso de rozadura accidental de la escritura (algo que en clase suele ocurrir con demasiada frecuencia cuando se toman apuntes a toda pastilla).

En cualquier caso, a pesar de que a primera vista no me gusto al parecerme un poco burda y ancha, ha resultado ser una excelente escritora. Mi mano aun no se ha acostumbrado a sus dimensiones, pero es mucho más cómoda de lo que puede parecer a simple vista, por lo menos a mí me ha sorprendido gratamente en ese sentido. Una gran pluma y no solo lo digo por sus dimensiones.

Pilot Capless (vanishing Point)

Sí hay una pluma que ha dividido a los aficionados, esta es la Pilot Vanishing Point, una estilográfica de plumín retráctil, que es al mismo tiempo, una de las más vendidas de su marca y de las más odiadas por múltiples aficionados, bien por su estética, que según ellos recuerda a un bolígrafo de botón, bien por su agarre, que no es para todos los gustos.

La casa Pilot, es una de las tres grandes marcas nipones de la que ya escribí algo en la entrada dedicada a la Pilot Metropolitan. A pesar de que como ya dije, cuenta con numerosos detractores, no solo es uno de sus modelos más vendidos, sino que cuenta con todo tipo de variantes, siendo una «familia» muy extensa.

UN SIMPLE VISTAZO A GOOGLE NOS CONFIRMARÁ QUE SE TRATA DE UNA «FAMILIA NUMEROSA», TANTO EN DISEÑO COMO EN GAMA DE COLORES

Hace tiempo que le tenía echado el ojo a estos modelos con plumín retráctil que no son exclusivos de Pilot, ya que otras marcas como Lamy tienen sus propios modelos, pero quizás si sea el más icónico. En cualquier caso, su precio que sobrepasa los 100 euros, me disuadía, ya que en España los modelos que se venden suelen llevar plumín de oro de 18K  tengo entendido que hace tiempo se la encontraba en 14K (aunque no recuerdo haberlas visto). Pero descubrí que en Japón se venden modelos por debajo de los 100 euros con plumín de acero y encargué una al país del sol naciente.

LA CAJA EXTERIOR ES DE CARTÓN Y UN SOBRIO COLOR GRIS CON EL LOGO DE PILOT

El estuche contiene diversa documentación (casi toda obviamente en japonés), instrucciones de uso y recarga (en nipón e inglés) con unos dibujos bastante ilustrativos, y un cartucho que es el que he utilizado para probarla.

EL INTERIOR DEL ESTUCHE CONTIENE LA ESTILOGRÁFICA, UN CARTUCHO Y NUMEROSA DOCUMENTACIÓN EN JAPONÉS (CON DIBUJITOS Y PARTES EN INGLÉS)

El despiece no es complicado, siendo muy similar al del típico bolígrafo de botón. El lugar donde irá encastrado el cartucho se encuentra cubierto por una pieza alargada que deberemos retirar.

Algunas piezas tienen que ir en una posición concreta, para lo que unas acanaladuras nos sirven de guía. El plumín también entra en una única posición, pero basta con rotar el conjunto de plumín,  alimentador y cartucho hasta que este entre y todo encaje. Es en conjunto un montaje muy intuitivo.

La pluma tarda unos segundos en empezar a escribir desde que se alimenta, en mi caso, pero una vez se inicia el flujo, este se mantiene constante y estable incluso escribiendo a toda velocidad. Se alimenta mediante cartucho Pilot que es de grandes dimensiones (de longitud similar a los Parker) aunque más ancho por la parte inferior, en cualquier caso cuenta con la ventaja de una duración bastante larga y con el inconveniente de no poder almacenar uno de repuesto en su interior. También puede alimentarse mediante un alimentador Con-40 (no incluido).

Uno de sus aspectos más criticados, es la posición de su clip alineado con el plumín, lo que nos obliga a colocar los dedos en determinada posición. A mí no me resulta incómoda, pero son muchos los no la encuentran cómoda o les molesta, aunque es un detalle fácil de comprobar en una tienda física antes de adquirirla. Posibilidad que no está disponible en caso de su compra online.

El desempeño del plumín, en este caso «F» es impecable. Muy suave y su flujo está medido a la perfección para secar en el acto y mantenerse estable en todo momento, recordándome en ese sentido a las excelentes sensaciones que me dejó la Lamy 2000. Ese flujo es posible que no satisfaga a los que gustan de trazos más abundantes (por ejemplo a mí me gustan esos trazos en correspondencia) pero es perfecta para uso estudiantil, al permitir su uso a grandes velocidades minimizando el riesgo de que la tinta se emborrone al rozar la escritura de forma accidental.

La cantidad de tinta hace que la escritura sea casi imperceptible en el reverso de la hoja, permitiendo escribir a doble cara sin el menor problema de transparencia.

No es una pluma barata, ni desde resulta del  gusto de todos los usuarios, pero no ha tardado en convertirse en una de mis herramientas de uso estudiantil preferidas.